El jardín María Madre necesita un lugar digno para los pequeños

El edificio ubicado en el barrio Cocucci está notablemente deteriorado y el personal quiere evitar el cierre.
viernes, 14 de septiembre de 2018 · 07:00

Con el fin de brindarles contención a las familias de Rodeo de la Cruz, hace 25 años comenzó sus actividades el jardín maternal y Centro de Apoyo Educativo (CAE) JCP No270 María Madre. Ubicado en la calle Famatina, del barrio Cocucci, asiste a la comunidad de la zona brindándoles cuidado integral -sobre todo- a niños en condiciones de vulnerabilidad socio-económica.

Su directora, Daniela Buzzachi, en diálogo con MendoVoz contó la historia de la institución y solicitó la ayuda de los mendocinos para evitar que el establecimiento cierre sus puertas.

 

Un poco de historia

“Nuestra institución nació el 25 de marzo de 1993 en una casa alquilada bajo la responsabilidad de la Asociación Apoyo Familiar Mendoza (AAFME). En aquel entonces, el equipo estaba compuesto por tres docentes y una auxiliar general, quienes atendían a 20 niños de 45 días a 4 años, mientras sus padres concurrían a sus actividades”, detalló Buzzachi.

En 2010, la Asociación Comunidades Trinitarias Mendoza se hizo cargo de la institución, y acrecentó los servicios y la matrícula. De ese modo sumó un comedor y diversas actividades, como educación física, recreación, talleres de percusión, cocina y alfabetización de adultos.

Ese mismo año también fue instaurado un CAE, con el objetivo primordial de brindarles acompañamiento pedagógico-didáctico y el servicio de comedor a niños de 6 a 13 años.

Así, comenzaron a trabajar con dos programas nacionales. Uno de ellos fue Alfabetización para Adultos, con el fin de ofrecerles a los mayores la iniciación en la lecto-escritura.

“El otro, con el cual se trabaja hasta la actualidad, es Buena Cosecha, destinado a niños cuyos padres asisten a trabajar en la cosecha y con motivo de cuidar a esos pequeños, quienes en diversas oportunidades quedaban solos en sus hogares o al cuidado de sus hermanitos, también menores de edad”, manifestó la docente.

Por esta razón, la institución permanece abierta durante todo el año sin cesar actividades.

 

Amenaza de cierre

“Gracias al esfuerzo de mucha gente, allá por 1995 se consiguió la donación de un terreno y la compra de una casa prefabricada, donde actualmente funciona la institución. Se han logrado revestir las paredes exteriores, hacer el cierre perimetral, conectar el gas natural y ampliar dos salas de construcción antisísmica, pero las condiciones edilicias son muy precarias debido al deterioro sufrido a través de los años. El principal problema es que el edificio es de construcción mixta: algunas paredes son de durlock y otras de ladrillo”, comentó Buzzachi.

Por este motivo, el año pasado llegó una citación a la Asociación Comunidades Trinitarias en la cual emplazaban al cierre de la institución o la presentación de una nueva dirección. “A partir de ese momento realizamos diversas estrategias para poder salvar el lugar de los niños”, aseguró la directora. Por eso, promovieron una campaña solidaria en las redes sociales para conseguir materiales de construcción y lograron participar en el programa “De todo corazón”.

“Gracias a eso, dos empresas locales se contactaron conmigo para donar voluntariamente el piso y el techo. Además, el arquitecto Fernando Dotto donó su trabajo. Y desde la Municipalidad de Guaymallén nos proporcionaron un certificado de habilitación provisoria, lo cual nos permite continuar trabajando en el mismo lugar”, agregó Daniela.

“En este último tiempo hemos recibido el apoyo solidario de muchas personas que han observado las condiciones de precariedad en la que nos encontramos, pero ha sido insuficiente”, afirmó la docente.

Además, la directora, auxiliares del jardín y vecinas han iniciado los trámites para crear una fundación a la que han denominado Madres del Corazón, con motivo de ser la intermediaria del establecimiento.

“El objetivo es poder extender la matrícula de los niños debido a la gran demanda que aún no podemos satisfacer. Todo el equipo docente y no docente ha sido capaz de enfrentar las adversidades del espacio y brindar una excelente calidad educativa, por lo que muchos padres se sienten atraídos a continuar trayendo a sus hijos a este lugar a través de los años”, sostuvo Buzzachi.

“Nuestra prioridad son los niños que asisten de la comunidad en la que nos encontramos inmersos, los mismos provienen de los barrios Cocucci, San Cayetano, Progreso, Congreso, Elts, San Thelmo, Escorihuela, Sol y Esperanza, Luján, Merchori, AATRA y La Palaya”, añadió la directora.

Para que este lugar siga brindando una tarea fundamental en la zona en la que se desarrolla, Daniela hizo hincapié en la necesidad de materiales de construcción debido a que “es urgente la edificación del nuevo espacio”. La comunidad también puede ayudar con alimentos no perecederos, leche, ropa y juguetes, entre otros elementos.

Los interesados en colaborar pueden comunicarse al 2615613299.

 

 

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