En contra de desalojos y clausuras de comercios

El sábado pasado en la Ruta 7 a la altura de Puente del Inca, se manifestaron los pobladores de Alta Montaña para reclamar por desalojos y clausuras de comercios que les impiden trabajar en la zona. 

Estas acciones se han concretado debido a que el Gobierno busca desarrollar turísticamente la alta montaña a través de la concesión de tierras fiscales a privados para que éstos generen mayor ordenamiento y rentabilidad en la zona cordillerana.

Ante esta situación, emprendedores turísticos de Alta Montaña y vecinos auto convocados de Uspallata, manifestaron que "la Alta Montaña por años fue una tierra desamparada por el estado, quienes habitamos el lugar sufrimos inclemencias climáticas, aislamiento geográfico y falta de acceso a servicios básico, agua, gas, acceso de rutas, salud y educación para nuestros hijos”. 

"Pese a esto es el lugar que elegimos para vivir y trabajar, esta tierra desamparada se convirtió en nuestro hogar, aquí fundamos nuestras familias, ocupamos y cuidamos las viviendas, colocamos nuestros emprendimientos y generamos puestos de trabajos de pequeñas empresas familiares. Algunos pobladores por más de 20 años”, agregaron los vecinos. 

En referencia al reclamo puntual, señalaron que "hoy, este pequeño crecimiento a costa de un gran esfuerzo se ve amenazado. Familias de la Alta Montaña fueron atacas, se clausuraron comercios en plena temporada, se sacaron a vendedores y fotógrafos de Puente del Inca y se llegó al pedido de desalojo de viviendas”.

Respecto a las soluciones, comentaron: "Cuando pensamos en un crecimiento para la zona, estamos de acuerdo, pero con el protagonismo activo de quienes vivimos y hacemos patria en este lugar.  Cuando se habla poner en orden los papeles de quienes comercializan en la zona, también estamos de acuerdo, somos los primeros en reclamar que las tierras que ocupamos por tantos años y con tanto sacrificio merecen la titularidad”. 

"Nuestro reclamo es justo y legítimo, solicitamos la titularización de las tierras a favor de quienes viven en la zona, pequeñas empresas familiares y no a la venta a grandes corporaciones extranjeras o extractivas. Necesitamos garantías reales y no comodatos irrisorios en donde a 5 años puedan echarnos del lugar. Pedimos que cesen los desalojos, las persecuciones a los vendedores y podamos trabajar”, finalizaron los moradores de la zona.