Nando Parrado llega para hablar sobre el "Milagro de los Andes"

La Municipalidad de Maipú presentará al uruguayo el próximo viernes a las 20 en el Stadium Arena Maipú. MendoVoz te regala entradas.
viernes, 20 de septiembre de 2019 · 07:12

El viernes 27 a las 20, en el Stadium Arena Maipú será la conferencia “Milagro en los Andes: redefiniendo lo imposible”, que tendrá como protagonista a un sobreviviente de la tragedia aérea de los Andes, Nando Parrado, uno de los jugadores de rugby que hoy -con 69 años- lleva adelante su ardua tarea de producción de libros y conferencias de los Andes contando su experiencia de vida, la cual alienta a motivar valores.

Parrado es uno de los 16 sobrevivientes de la tragedia de los Andes y autor del best seller Milagro de los Andes. 

Posicionado a nivel internacional como uno de los conferencistas más importantes del mundo, utiliza su experiencia de enfrentamiento ante el hostil ambiente de la montaña para llevársela a la gente que requiere superarse en lo personal y en el ámbito de los negocios.

El diálogo

-¿Cómo era su vida antes del accidente? 

-Creo que nadie puede pensar en un accidente aéreo, sobre todo cuando es un joven estudiante y deportista. Antes del accidente, mi vida era absolutamente normal y nada fuera de lo común de un joven de 20 años: estudios, deportes, familia, chicas, motos…

-Un día antes del despegue, alguien dijo que había diez asientos libres en el avión y que podían viajar familiares y amigos con el equipo. Usted invitó a su madre, Eugenia, y a su hermana Susana como regalo para ellas. ¿Se arrepiente de haber ofrecido aquella invitación? De hecho, su madre murió en el acto y su hermana falleció una semana después.

-No tengo nada de que arrepentirme. Les di un regalo de amor y las invité a un lindo viaje. El piloto cometió un error y es él quien tendría que arrepentirse. Lamentablemente murió en el accidente.

-¿Por qué no prefirieron esperar más en Mendoza hasta que pasara el mal tiempo? Salieron del Aeropuerto Internacional de Carrasco pero aterrizaron en Mendoza por las malas condiciones meteorológicas. Además tenían días de margen para arribar a Santiago de Chile…

-No fue una decisión nuestra, sino del piloto. Además, a esa edad no teníamos la más mínima experiencia en decidir si un avión puede o no despegar por causa del mal tiempo.

-¿A qué olía ese frío (entre -25°C y -42°C) después del accidente y a más de  3.000 metros de altura?

-Físicamente no tiene olor. En la mente huele a desesperación, desesperanza y muerte…

-El alimentarse de los cadáveres para sobrevivir ¿abrió un debate interno del grupo, en un plano emocional, para decidir entre seguir viviendo o morir?

-El debate se hace entre las personas que no estuvieron allí. No hubo debate entre nosotros. Fue la cosa más hermosa posible, ya que hicimos un pacto y fuimos los primeros donantes conscientes de nuestros cuerpos. ¿Hay algo más hermoso que dar la vida por un amigo? Es un debate inútil fuera de las circunstancias. Todo ser humano puesto en ese lugar hubiera actuado de la misma manera. El hambre es el miedo más terrible y primal del ser humano, pero únicamente puede ser conocido cuando la apuesta es real. Todo lo demás no cuenta. Hacer una dieta estricta lo único que testea es la voluntad de no abrir la heladera.

-En una situación así, ¿creer en Dios era suficiente para mantenerse vivo?

-Tal vez para algunos sí lo sea. Para mí, la motivación era volver a mi padre y a vivir.

-Aunque, más que a la muerte, ¿había más temor por la locura?

-Nunca se me pasó por la mente llegar a perderla y entrar en una especie de locura. Para salir de allí, todos tuvimos que mantener un alto nivel de conciencia, improvisación, respeto, solidaridad, creatividad y trabajo en equipo.

-El accidente ocurrió un viernes 13. ¿Empezó a ser supersticioso desde entonces?

-Ni antes, ni después. Es un numero como cualquier otro.

-No llegó el rescate hasta 72 días después, pero fue gracias a la expedición por los Andes que usted inició junto a Roberto Canessa cuando pudieron recibir la primera ayuda. Antes de eso ¿intuían que la salvación ya estaba cerca o no?

-Solamente supimos que podíamos llegar a salvarnos cuando nos encontramos con el arriero, luego de diez días de estar atravesando los Andes. Antes que eso, la muerte estaba cada vez más cerca.

-¿El peor momento fue el de la espera de los últimos días?

-Para mí hubo muchos malos momentos, pero tal vez el más desesperante fue cuando al hacer cumbre en la primera montaña vimos lo que había hacia adelante.

-¿Por qué abandonó sus estudios para dedicarse a la ferretería?

-Teníamos en ese entonces dos ferreterías. Mi madre se ocupaba de una y mi padre de la otra. Al morir mi madre fue la opción mas simple que yo me ocupara de su trabajo. Además me gustaba más trabajar que estudiar.

-¿Culpó al rugby de lo sucedido? Pues el viaje era para jugar un partido contra los Old Boys de Santiago de Chile.

-Culpo al piloto, que cometió un terrible error de navegación. El rugby nos salvó la vida. Únicamente por ser rugbiers salimos de ese infierno helado.

-¿Alguna vez jugó contra los chilenos?

-Los que sobrevivimos volvimos a jugar ese partido varias veces. Cada año jugamos con los Old Boys. Un año viajamos nosotros hacia Chile y al siguiente viajan ellos a Uruguay. Hace 42 años que hacemos esto, por lo que lo hemos jugado varias veces. Hoy, algunos ya no pueden jugar y los otros jugamos en cámara lenta.


Entradas gratuitas

MendoVoz te invita a escuchar la charla de Nando Parrado en el Stadium Arena Maipú. Por eso sortearemos 20 pares de entradas.

Para participar debés completar el formulario.

El sorteo será el jueves 26 a las 19.