Maipú invita al Cristo de las Viñas para vivir la Semana Santa

Uno de los sitios emblemáticos del departamento continúa siendo visitado por miles de fieles a lo largo del año.
martes, 15 de abril de 2025 · 07:35

Ubicado en una loma rodeada de antiguos viñedos y olivos en el distrito Cruz de Piedra, el Cristo Blanco, también conocido popularmente como El Cristo de las Viñas, se erige como uno de los monumentos religiosos más emblemáticos del oeste mendocino.

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La escultura, inspirada en el Cristo Redentor de los Andes, fue construida hacia 1940 por iniciativa de Tiburcia Videla Aranda, miembro de una de las familias más tradicionales de Maipú. Su emplazamiento original fue dentro de la Finca Santa Lucía, una extensa propiedad vitivinícola que en aquel entonces ocupaba 400 hectáreas.

Cristo de las Viñas.

En 1998, la Municipalidad de Maipú declaró al Cristo de las Viñas como “Patrimonio Cultural y Religioso Departamental”, mediante la Ordenanza N°2018. Desde entonces, el sitio ha sido objeto de distintas mejoras, las cuales se intensificaron a partir de 2019 durante la gestión de Matías Stevanato: se asfaltó e iluminó el camino de acceso, se restauraron las pilastras del Vía Crucis y se colocaron bancos para facilitar la visita, especialmente a personas con movilidad reducida.

El Cristo mira al noreste y tiene una altura aproximada de dos metros. Descansa sobre un pedestal prismático y está completamente pintado de blanco, lo que le otorga su nombre distintivo. La imagen religiosa fue colocada con la intención de convertirse en un espacio de recogimiento y oración en medio del paisaje de Maipú.

La escultura fue construida hacia 1940.

El ingreso al lugar se encuentra sobre calle Videla Aranda, desde donde nace un callejón bordeado de árboles que conduce hacia la imagen principal. A ambos lados del camino se disponen las estaciones del Vía Crucis y los misterios del Santo Rosario, conformando un circuito que combina espiritualidad y naturaleza.

Actualmente, el Cristo de las Viñas recibe a diario a peregrinos, vecinos, deportistas y turistas. Durante el tiempo de Cuaresma y Semana Santa, miles de fieles se acercan para vivir allí sus prácticas religiosas, consolidando a este espacio como un punto de referencia espiritual dentro del departamento.