Hallan "tesoro" de hechicería en Pompeya

Cristales brillantes, amatistas y escarabajos orientales son parte de un singular hallazgo en las excavaciones arqueológicas.
lunes, 19 de agosto de 2019 · 07:00

(ANSA) - Cristales brillantes, amatistas, botones de hueso y escarabajos orientales son parte de un singular tesoro destinado a espantar la mala suerte, hallado en las excavaciones en curso en la antigua ciudad de Pompeya.

Un pequeño ataúd de madera y metal, halado en las excavaciones de la Región V, en la Casa con el Jardín, preocupó a los arqueólogos sobre su contenido. Sin embargo, al abrirlo descubrieron decenas de objetos femeninos, como dijes, collares, espejos y, especialmente, muchísimos amuletos.

Entre ellos, muñequitas diminutas, campanitas, una mazorca de maíz, una pequeña calavera, falos y puños cerrados.

Tenían el poder de "alejar la mala suerte", dijo a ANSA Massimo Ossana, arqueólogo y director del parque. Podría pensarse que el cofre-ataúd perteneció a la dueña de casa. Pero podría no ser así ya que fue encontrado en un ambiente de servicio, lejos de la habitación principal y del atrio del domo donde los arqueólogos hallaron esqueletos de diez personas, prácticamente una familia completa, exterminada por la violencia de la erupción del volcán Vesubio mientras intentaban ponerse a salvo. Además, hay algo clave: el "tesoro" no incluye piezas de oro, que en Pompeya todas las mujeres amaban exhibir y que ciertamente no podía faltarle a una joven señora de clase alta.

A tal punto puede comprobarse que las cosas eran así, que sobre una de las paredes de la casa sobrevivió el delicado retrato de una mujer joven, de seguro la propietaria, que usa un par de aretes de oro refinados y brillantes. Los collares hallados en el cofre, si bien son muy bellos, no poseen valor económico. Más bien parecen relatar otra historia, todavía más intrigante.

"Se podría tratar de joyas para usar solo en ocasiones rituales", explicó Osana. Se trata de objetos preciosos, pero en un sentido muy distinto al de las joyas. Una colección de pequeñas cosas de algún modo relacionadas con la magia que podrían haber conformado el "armamento" de una persona, quizás incluso de una esclava, dotada de habilidades milagrosas particulares y con una relación privilegiada con los aspectos más mágicos de la vida cotidiana. Se trata de objetos extraños, relacionados con la fertilidad, la seducción, el éxito de un matrimonio o de un parto: falos, piñas, espigas, ámbar. También los espejos podían tener una función en los rituales.

Osanna relató que las investigaciones sobre la Casa del Jardín -la misma en la cual se halló la inscripción que cambió la fecha de la erupción del Vesubio, posponiéndola del 24 de agosto al 24 de octubre del año 79 d.C- están en sus inicios y develarán nuevos misterios.

Los objetos acaban de ser limpiados y restaurados y recién ahora se podrá comenzar a examinarlos y estudiarlos, uno por uno. El equipo de expertos del Gran Proyecto Pompeya trabaja incluso para poder determinar la composición de la familia hallada, el primer paso para tratar de reconstruir la historia.
    "Los exámenes de los restos de las diez personas hallados en el atrio -afirmó Osanna- demuestran que se trata de un grupo compuesto solo por mujeres y niños".
    Los hombres se habían adelantado, dos murieron a pocos metros de la puerta principal. "Intentamos reconstruir el ADN de todos y las relaciones de parentesco. Pensamos que se trata de una familia completa en el sentido romano del término, que también incluía al personas de servicio y esclavos", agregó el arqueólogo. Entre ellos tal vez había una mujer a la que a familia, si no la comunidad toda, le reconocía poderes de algún modo mágicos, el talento de ayudar a los otros, en especial a los niños y a las mujeres, tanto en las pequeñas cosas de la vida cotidiana como en los momentos más delicados de la existencia.
    En síntesis, la capacidad de atraer el bien y mantener a raya la mala suerte. Aunque, lamentablemente, nada haya podido hacer frente al enemigo más grande.