Teru teru bozu o la vida por un día sin lluvia

Qué hay detrás de los muñequitos japonenes. Entérate en esta nota y aprende a hacerlos.
sábado, 14 de noviembre de 2020 · 06:27

Cualquier actividad al aire libre que se ve en peligro por una amenaza de lluvia es “un bajón” para muchos. El miedo a las tormentas y sus efectos lleva a muchos a buscar alguna solución en un rezo, algún ritual o hasta un simple amuleto.

En Japón, los chicos -y por qué no también los grandes-, recurren al Teru Teru Bozu para neutralizar las posibilidades de que el anuncio del pronóstico de lluvias se cumpla o para que simplemente deje de llover.

En ese país, a partir de junio comienza la temporada de días y hasta semanas seguidas de precipitaciones no muy intensas, pero permanentes. Y entonces es más común ver que un día antes del importante acontecimiento al aire libre, los niños y niñas japoneses hagan su Teru Teru Bozu y lo cuelguen en la ventana o en la entrada de la casa para pedirle que el día de mañana sea un lindo día.

El lado bonito del Teru Teru Bozu

La gracia de este amuleto es que lo podemos hacer en casa con un trozo de tela blanca o papel (una simple servilleta blanca puede servir), imitando la forma de un pequeño fantasma, y según la tradición original, sin dibujarle los rasgos definidos en la cara. Si el teru teru bozu cumplió con su función de despejarnos el día, ahí le dibujamos los ojos, le damos su premio que consiste en bañarlo en sake o entregarle un cascabel de oro, para finalmente tirarlo al río y que llegue al mar.

Hoy en día, es más común verlo con la carita bien dibujada y algunos detalles que lo hacen aún más tierno. La función “psicológica” de este simpático muñeco casero refiere que al encomendar al Teru Teru Bozu la tarea de tener un día sin lluvia, los pequeños se tranquilizan y se van a dormir convencidos de que la jornada siguiente será perfecta.

 

 

El lado oscuro

Esta costumbre se popularizó en la época de Edo, y según referencias históricas, el Teru Teru Bozu es una versión japonesa de la diosa china “Saochin-nyan”, la diosa que despeja el cielo barriendo las nubes de lluvia. Los chinos la hacen con papel blanco y le visten el cuerpo con papel rojo.

Cuenta la leyenda que esta diosa fue una vez una joven de un pueblo asolado por las grandes e incesantes lluvias; una voz del cielo pidió el sacrificio de esta joven a cambio de que dejara de llover y los aldeanos accedieron; como si las nubes fueran barridas del cielo, éste se despejó; en honor a la muchacha que era muy hábil en el arte del papel cortado, comenzaron a representarla en papel cada vez que necesitaban pedir un día sin lluvia.

En Japón, la joven se reconvirtió en un monje famoso por sus plegarias para manejar el clima y de ahí, la forma característica de la cabeza del Teru Teru Bozu como la de un monje rapado. Literalmente podría traducirse como “brilla, brilla, monje”, simbolizando los reflejos del sol brillando sobre la cabeza pelada del religioso. Sin embargo, lo curioso es que parece como colgado del cuello, una imagen un tanto cruenta. Pero es así, lo cuenta la leyenda.

Un señor feudal lo convoca para hacer detener la lluvia que incesantemente caía sobre sus tierras arruinando las plantaciones y el monje entonces alza su plegaria al cielo. El cielo no le hizo caso y la lluvia siguió cayendo durante todo el día siguiente. Como castigo por su fracaso, el monje fue colgado del cuello con un trozo de tela blanca. Al otro día, el cielo amaneció despejado.

Por otra parte, el ilustrador Sekien Toriyama que compiló en su “Guía ilustrada de monstruos y fantasmas de Japón” a todo tipo de seres y fenómenos misteriosos opina que el Teru Teru Bozu se origina en la leyenda de Hiyoribo, el monje del clima. Este fantasmagórico ser traía el buen tiempo y nunca se aparecía en los días lluviosos, por lo que Toriyama cree que cuando los chicos le piden al Teru Teru Bozu, en realidad, le están rezando al espíritu de Hiyoribo para que les traiga el sol en lugar de lluvia.

Fuente: alternativanikkei.com