Pantuflas, el galgo que busca un hogar entre los mendocinos

La historia de Pantuflas conmueve y es porque, según los veterinarios que lo atendieron, sufrió maltratos desde que era cachorro. Este galgo tiene aproximadamente diez años, fue rescatado tras haber sido atropellado y ahora busca un hogar entre los mendocinos.

Pantuflas está casi ciego de un ojo por cataratas, pero como destacan sus rescatistas “tiene tanto vigor que parece de 5 años menos”. Es que este galgo tiene en su cuerpo rastros de una vida de dolor, donde aparentemente ha sido obligado a poner su mayor esfuerzo para correr esas carreras prohibidas.

Su raza es una de las más castigadas y maltratadas hasta la muerte por quienes obtienen un beneficio económico con las carreras entre este tipo de perros. “Lo encontramos en el medio de la ruta, iba desorientado, estimamos que se ha escapado de algún lado y una camioneta lo atropelló pero por suerte salió ileso. Unas personas nos avisaron y salimos corriendo a buscarlo, apenas lo invitamos a subir al auto lo hizo, increíblemente confió en nosotras, creo por su dura vida aprendió a reconocer las intenciones de las personas”, dijo Florencia su rescatista.

Aquel día, el galgo estaba agotado, con sueño, miedo y hambre, y se quedó dormido acurrucado a la pantufla de su rescatista y de allí el nombre que tanta sorpresa provoca.

“Buscamos un hogar muy específico para él, tiene que ser una casa con un predio completamente cerrado y con un cerco alto, ya que ellos tienen tanta flexibilidad que pueden trepar mucho metros. También tiene que ser un hogar donde no haya otro macho, para prevención, puede que esta adopción se demore, pero lo entregaremos a una familia que realmente entienda lo especial que es Pantuflas”, expresaron sus rescatistas.

Pantuflas tiene en gran parte de su cuerpo cicatrices compatibles con quemaduras, son el testimonio de una vida durísima, testimonio del calvario por el que pasa especialmente esta raza. “Estamos difundiendo un flyer con el pedido de su adopción, y tuvimos un extraño llamado, como si alguien lo conociera pero también como tratando de sacarnos información y tuvimos mucho miedo de que sean los mismos explotadores de los galgos. De algo estamos muy seguras, Pantuflas no volverá jamás a un lugar donde sea maltratado, ha vivido seguramente 10 años de horror, pero queremos que sus próximos largos años sean de amor”, manifestaron las chicas.