Ni sillón, ni silla: el secreto cómodo y minimalista que está cambiando los livings
Es liviano, no ocupa espacio y se adapta a cualquier rincón. Una opción inesperada que pisa fuerte en hogares modernos.
La decoración del hogar atraviesa una transformación silenciosa, pero imparable. El estilo minimalista, funcional y relajado se impone en todos los ambientes, y una pieza que parecía olvidada volvió con todo. Se trata del puf, ese asiento bajo, sin estructura rígida, que se convirtió en el nuevo favorito para sumar confort sin sacrificar espacio ni diseño.
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Lejos de ser solo un accesorio decorativo, el puf se consolidó como una solución real para quienes buscan comodidad en espacios reducidos o quieren darle un aire más relajado a su casa. Su versatilidad lo vuelve ideal para reemplazar sillas, sillones o incluso banquetas. Además, se adapta a cualquier rincón del hogar: livings, dormitorios, balcones e incluso escritorios.
Otra ventaja es su practicidad: se puede mover con facilidad, combinar con distintos estilos de decoración y encontrar en múltiples versiones, desde los clásicos de tela o cuero ecológico hasta opciones artesanales tejidas o con textiles reciclados. Y para quienes trabajan desde casa, los pufs también funcionan como apoyapiés o asiento alternativo para cambiar de postura.
Según interioristas y casas de decoración, en 2025 el puf se transformó en “el comodín del confort”. Está presente en hogares de jóvenes que se mudan solos, en familias que rediseñan sus espacios y en departamentos donde cada metro cuadrado cuenta. Algunos lo eligen incluso como recurso para eventos sociales en casa: con pocos, podés armar una ronda cómoda en minutos.
