Los sociales de Real de la Cruz y su renovada apuesta por la industria del vino
La histórica pyme mendocina invirtió un millón de dólares, selló una alianza internacional y proyecta crecimiento en todo el país. Mira los sociales.



































La empresa mendocina Real de la Cruz SA, referente en la industria vitivinícola desde hace más de dos décadas, reafirmó su compromiso con el desarrollo del sector a través de una inversión millonaria y una asociación estratégica con la firma portuguesa M.A. Silva, uno de los mayores fabricantes de tapones de corcho del mundo. Mira las fotos.
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Con una inversión cercana al millón de dólares, Real de la Cruz reconstruyó por completo sus instalaciones, destruidas en un incendio en 2022, y adquirió nuevas maquinarias para ampliar su oferta de productos. Este nuevo impulso le permite hoy abastecer a más de 300 bodegas de todo el país, con presencia en Mendoza, San Juan, La Rioja, el Norte argentino y la Patagonia.

Además de la comercialización de tapones de corcho natural y micro aglomerado, la firma ofrece barricas de roble, accesorios enológicos, bombas, máquinas para lavar barricas y una línea completa de insumos especiales para terminaciones. Entre sus proveedores internacionales destacan las empresas Mercurey (Francia), Deloule y Ekinsa (España).

Uno de los pilares de esta nueva etapa es el acuerdo directo con M.A. Silva, una empresa familiar portuguesa que produce entre 450 y 500 millones de tapones al año. Gracias a esta alianza, Real de la Cruz ofrece tapones micro aglomerados libres de TCA (TriCloroAnisol) —una sustancia que genera el conocido "gusto a corcho"—, cumpliendo con los más altos estándares técnicos y ecológicos del mercado. “Son productos con huella de carbono negativa y garantía de calidad”, explicó Ángel Morchio, fundador de la firma junto a su esposa María Marta Giol.

Una pyme familiar con mirada internacional
Real de la Cruz es una empresa familiar en pleno proceso de transición generacional: dos de las hijas del matrimonio Morchio, María de los Ángeles y Federica, ya se incorporaron a la dirección con el objetivo de ampliar la cartera de productos y consolidar la presencia nacional. “Somos una típica pyme argentina que ha crecido con esfuerzo, dedicación y visión a largo plazo”, destacaron sus fundadores.

El Chief Sales Officer de M.A. Silva, José Remoaldo, celebró la sociedad con Real de la Cruz, a la que definió como “el socio ideal para ingresar al mercado argentino”. Según remarcó, el país representa un polo estratégico para la vitivinicultura global, y las expectativas de crecimiento son altas, especialmente en un contexto de recuperación económica.

Servicio al cliente como valor diferencial
Uno de los aspectos más valorados por las bodegas es la capacidad de respuesta técnica inmediata que ofrece la empresa. Real de la Cruz garantiza asistencia en menos de cuatro horas dentro de Mendoza y con rapidez en el resto del país, especialmente durante las épocas críticas de cosecha y embotellado. Además, cuenta con stock permanente de repuestos e insumos clave para facilitar el trabajo en bodega.
“Siempre estuvimos al lado del cliente. Nuestro servicio posventa y taller nos diferencian”, aseguró Morchio. Real de la Cruz también actúa como importadora y agente comercial de sus proveedores, facilitando el contacto directo entre bodegas y fabricantes internacionales.
Respecto al contexto económico, Morchio señaló que si bien se han eliminado ciertos costos como el impuesto PAIS, se han incrementado otros cargos aduaneros que la empresa ha absorbido para no trasladarlos a los clientes. Las importaciones se han flexibilizado y hoy, en muchos casos, las aprobaciones llegan en menos de 24 horas. A pesar de algunas trabas aún vigentes, como las restricciones en los pagos al exterior, el empresario se mostró optimista: “El mercado está difícil, pero hemos logrado sostener las ventas y proyectamos un crecimiento importante en los próximos dos años”.