Crearon áreas seguras para especies protegidas

La experiencia fue realizada en Santa Rosa al innovar en tendidos eléctricos para proteger a la fauna silvestre.
martes, 12 de noviembre de 2019 · 16:05

En Ñacuñán, Santa Rosa, está la primera zona de tendido eléctrico seguro para especies protegidas y en peligro de extinción, como el águila coronada. Se trata de un trabajo sin precedentes en Mendoza y que involucró a técnicos de la Dirección de Recursos Naturales Renovables, de la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial, la Fundación Cabure-í, Edeste y Ecoparque de Buenos Aires. 

En este punto del Este mendocino fue generada un área de más de 1,5 millones de hectáreas sin pararrayos, áreas seguras para las águilas coronadas y otras aves de mediano y gran porte, como el águila mora, el jote y el aguilucho. Para esto, remplazaron el antiguo sistema por un conjunto de descargadores de sobretensión para asegurar la integridad de la línea y las subestaciones.

En la Reserva de Biósfera Ñacuñán existía la problemática de electrocución de aves en tendidos eléctricos monofilares. Esa situación generó acciones de mitigación a través de la alianza entre organismos gubernamentales y privados.

La problemática 

Los postes que sostienen el cableado eléctrico son oportunos posaderos para las aves y causantes de la gran cantidad de muertes en las poblaciones donde allí habitan. La electrocución es tal vez la causa de mortalidad más significativa de las águilas y otras grandes aves en el mundo.

Cuando las aves se posan en los postes con pararrayos, tocan la línea energizada y ,al hacer contacto también con el pararrayos descarga a tierra, crean un puente con su propio cuerpo, esto ocasiona un choque eléctrico, seguido, la mayoría de las veces, por muerte por electrocución.

Es en este marco que el águila coronada no escapa a esta amenaza. Numerosas muertes por electrocución en postes con pararrayos ya han sido registradas en su distribución local y en diferentes provincias.

Por ser una especie en peligro de extinción, en la provincia de Mendoza se han comenzado a realizar trabajos de mitigación puntuales, en este caso junto a la empresa Edeste, encargada de la distribución de la energía en la zona Este de Mendoza.

Trabajos en la reserva

En la Reserva de Biósfera de Ñacuñan, de Santa Rosa, está instalada una línea monofilar retorno por tierra, de 19.050 voltios de tensión nominal y de 87 kilómetros de extensión. Tiene origen en Las Catitas y su troncal alimenta a la población de Ñacuñán, dentro del Área Natural Protegida, zona de nidificación del águila coronada.

Tras algunas reuniones, pedidas por del Departamento de Fauna Silvestre y Guardaparques, la empresa de electricidad, miembros de la Fundación Caburé-í y especialistas en conservación de aves rapaces del Ecoparque BA llegaron a la conclusión de remplazar los clásicos pararrayos conectados a tierra por descargadores de sobretensión.

Los resultados han sido positivos para la protección de la línea por sobrecarga ante rayos que podrían dejar sin luz a toda la zona. Estos reemplazos parciales no solo evitan potenciales electrocuciones a más de 12.800 hectáreas que protege esta reserva. El trabajo de remplazo se extendió al tendido de la Ruta Provincial N°153 y a la proyección del nuevo tendido, y también incluyó los tendidos de las rutas nacional 146 y la ruta 71.

Cabe resaltar que este sistema disminuye las posibilidades de incendios en las zonas de los tendidos, ya que el antiguo sistema de pararrayos descargaba a tierra a través de una jabalina que podía generar siniestros por la sobrecarga de tensión y temperatura. Por otro lado, los especímenes electrocutados en muchos casos podían caer encendidos sobre la vegetación y también causar incendios.