Panorama vitivinícola: apostar a pesar de los errores
Por Marcelo López especial para MendoVoz
Los aires primaverales cargan de eventos a la vitivinicultura. Mientras sigue de fondo el enfrentamiento entre modelos con declaraciones públicas que ponen como justificación un supuesto desmanejo de la COVIAR pero que en realidad esconden, como ya hemos explicado, motivaciones más profundas.
Mientras tanto el mundo sigue andando y las bodegas y entidades juegan sus partidos.
Un informe que se conoció esta semana encargado por el Fondo Vitivinícola a la reconocida consultora Kantar Panel que ya circuló por varias bodegas es lapidario respecto al consumo de nuestra bebida, pero deja claro que es difícil determinar cuánto hay propiamente de pérdida del consumo del vino y cuánto de la situación general. Los números que muestran las distintas diapositivas del trabajo son lapidarios para cualquier producto o categoría que se estudie.
Decíamos que las bodegas en este marco juegan su juego en búsqueda del consumidor perdido. Algunas entienden claramente que hay que ir en busca de simplificar y encontrar nuevas ocasiones de consumo.
Así Bianchi y Fecovita coparon la semana de anuncios. Bianchi presentó en Mendoza lo que dieron en llamar la “democratización del vino” dándole nuevo impulso a su tradicional Don Valentín, uno de los vinos icónicos de la historia argentina. La idea es desde la bodega misma comunicar que el vino va bien como le guste al consumidor; con soda, con hielo en vaso o vasito, no importa el cómo sino con quién, la ocasión. Están ante la nada sencilla tarea de remontar la cuesta de que el consumidor entienda que no hay que ser experto para disfrutar del vino argentino.
Desde la bodega cooperativa, comunicaron el lanzamiento al mercado local de sus vinos Dilema en lata a la búsqueda de consumidores jóvenes y de mediana edad provocando y desafiándolos a la posibilidad compartir un vino en cualquier ocasión descontracturada.
En la otra punta de la pirámide WofA (Wines of Argentina) fue una vez más sponsor de la entrega de los Latin America´s 50 best restaurants, el evento más importante de la gastronomía Latinoamericana que este año se desarrolló en Buenos Aires. Es evidente que el vino argentino sumado a este evento es una vidriera de gran porte ante los chef y críticos más reconocidos del planeta y además este año logro también participar con los espumantes, un mundo donde la Argentina tiene todavía un largo camino por explorar con espumosos de una calidad superlativa que dejan opacos hasta a los dueños de las denominaciones de origen champagne y cava.
La institucionalidad de la vitivinicultura tan alabada y puesta como ejemplo para otras actividades durante años está en peligro, mientras tanto los jugadores siguen apostando a una industria y una actividad que todavía tiene mucho por dar y un potencial para salir del pozo como ninguna otra.
