Panorama Vitivinícola: Celebrar el Malbec sí, pero no olvidar el resto

viernes, 15 de abril de 2022 · 08:53

Por Marcelo López, especial para MendoVoz

Este domingo se celebra una nueva edición del Día Internacional del Malbec, festejo de nuestra cepa emblema que nació de un proyecto de Wines Of Argentina para difundir y promocionar nuestro Malbec en el mundo a la busca de nuevos mercados. Sin embargo, la fecha ya se transformó también en una fiesta importante en nuestro país que ayuda también a recuperar y consolidar nuestro mercado interno.

En un contexto difícil en todos los mercados, la cepa es un tractor que mantiene vivo al vino argentino en el consumo. Según el Observatorio Vitivinícola Argentino, “el vino Malbec contuvo la caída y “apalancó” el consumo. Los vinos de la principal variedad de uva cosechada en Argentina, según la consultora Scentia, mostraron una caída bastante por debajo del promedio total: solo bajó -1,5%. El varietal estrella de los argentinos, dentro del relevamiento, representa el 25% del total consumido para el año 2021”.

El Malbec, originario de Burdeos, se transformó lentamente en la variedad emblemática de la producción vitivinícola argentina aunque con particularidades distintas de acuerdo a las regiones, a las diferencias de clima y suelo, características genéticas de las plantas, manejo del viñedo y métodos de elaboración.

El festejo está fundamentado en que el 17 de abril de 1853 se presentó en la Legislatura de Mendoza el proyecto para crear la Quinta Agronómica de Mendoza (una especie de precursor del Liceo Agrícola y el Instituto Don Bosco) y primera escuela de Agronomía de la Argentina. El ingeniero agrónomo francés Michel Aimé Pouget amigo personal de Domingo Faustino Sarmiento (se dice que este movió sus hilos políticos y de amistades para que tras la derrota de Rosas en Caseros Pouget cruzará la cordillera) introdujo varias cepas europeas, entre ellas Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot y Semillón, material genético que había traído en su momento desde Francia a su exilio chileno donde también fundó una escuela de agronomía.

En la Argentina, desde aquel 1853 en que ingresaron las primeras vides de Malbec, el crecimiento en superficie ha sido irregular. Desde que se poseen estadísticas confiables del INV, en el año 1962 la superficie de Malbec llegaba a las 58.577 hectáreas, lo cual significaba el 22,5% del total de la vid implantada. Según un informe del Instituto Nacional de Vitivinicultura, en esa década del 60 comenzó una rápida disminución de esta variedad, sustituida por variedades más productivas que dieron origen a los vinos genéricos furor de aquellos años en los que se consumían más de 80 litros per cápita.

En 30 años desde aquel 1962 hasta por lo menos mediados de la década del 90, se erradicó más del 80 por ciento de la superficie de nuestra cepa emblema hasta llegar a solo 9.746  hectáreas de Malbec y representar solo el 4.6% de la superficie total implantada de vid.

A partir de allí comienza la reconversión de la industria vitivinícola en busca de calidad e inserción internacional que no fue otra cosa que volver a los orígenes; volver al Malbec. La implantación de la cepa fue creciendo año a año hasta llegar a las 46.366 hectáreas de la actualidad que representa el 22 % de la superficie de vid en la Argentina, de las cuales el 85 por ciento está en Mendoza. Sin embargo, aunque parezca mentira, no se alcanza la superficie plantada en 1935 que se estiman en 58.277 o las 58.275 que significaban el 22.5% de lo implantado en 1962 cuando comienza la serie estadística.

En cuanto a la comercialización, hoy en Malbec representa el 64% en las ventas de varietales en el mercado externo y un 52% en las ventas de varietales del mercado interno.

El domingo celebramos a nuestro buque insignia, pero no habría que perder de vista que la vitivinicultura argentina puede darle al mundo mucho más que nuestro Malbec.

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