Las obras en la estructura del museo Fader llevan el 50% de ejecución

Los trabajos de restauración permitirán recuperar la casona del Museo Provincial de Bellas Artes, de 1892.
domingo, 1 de abril de 2018 · 16:58

El Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú-Casa de Fader, está cerrado al público desde  2012, pero gracias a las intervenciones que el Gobierno de Mendoza está llevando a cabo se encuentra cada vez más cerca su apertura.

Con un presupuesto actualizado de $27 millones, los trabajos de restauración y consolidación estructural de la casona rural que perteneció a la familia Guiñazú alcanzan el 50% de avance.

“El plazo de finalización indicado en el plan de trabajo es mediados de agosto, por lo que el ritmo de obra se viene cumpliendo según lo establecido. Ya se concluyeron las tareas en la cava, la consolidación de los murales que pintó Fader, y la impermeabilización y la restauración de las rejas originales que formaban la mítica fachada”,  explicó Iñaki Massini, inspector técnico de la obra.

Actualmente, los obreros centran sus esfuerzos en la submuración de la casa utilizando una técnica que permite reforzar la estructura para evitar el debilitamiento de las áreas intervenidas. También realizan el armado de los perfiles metálicos que permitirán mejorar la estructura superior, la reparación de las fisuras en los muros y la compactación de los jardines.

Seguridad, habitabilidad y confort

Los trabajos buscan brindar las condiciones seguridad, habitabilidad y confort necesarias para abrir el museo al público, manteniendo la estructura original y evitando que esta conservación y restauración la modifiquen groseramente. Por esta razón, los pliegos licitatorios fueron muy estrictos a la hora de establecer las condiciones que debían cumplir las empresas oferentes.

Las tareas de consolidación del museo Fader incluirán el recalce de muros mediante la construcción de submuración bajo cimientos, hasta alcanzar el suelo granular; la reparación de todas las fisuras y grietas mediante el relleno adecuado, la vinculación en distintos niveles de los muros de mampostería mediante perfiles, el refuerzo del muro de fachada, los torreones y la cubierta de losa de bovedillas, y la construcción de cubierta para modificación de desagües pluviales.

Historia de la institución y el edificio

El 31 de mayo de 1927, por el decreto Nº423, el gobierno de Alejandro Orfila creó el Museo Provincial de Bellas Artes, que se constituyó en una institución modelo y en sustento para la conformación y el afianzamiento del espacio artístico de Mendoza.

Nació como un centro de atracción popular y universal en materia de arte, y reunía a la vez obras regionales, americanas y extranjeras tanto antiguas como modernas.

Se ubicaba en el parque General San Martín, en Capital, y se inscribió en un contexto museográfico que en su época apeló a modernas concepciones de museo, con influencia de la pedagogía norteamericana y con una definida función social.

La sede actual tiene su origen en 1889, cuando comenzó su construcción como vivienda y finalizó en 1892. Después, Emiliano Guiñazú compró la propiedad de más de 120 hectáreas, ubicada en Mayor Drummond, Luján de Cuyo, con una casona de tipología rural que él mismo modificó para otorgarle un aspecto más residencial, acorde a las utilizadas por las familias burguesas de la época.

Se incorporaron las actuales carpinterías, se adquirieron las columnas metálicas de la galería, se decoraron los muros de los locales interiores con símil de diversos materiales y motivos ornamentales, y se construyeron la sala de la pileta interior con mosaicos venecianos y la reja del cierre frontal.

Fader pintó los murales mientras habitó la casona, entre 1907 y 1914, ya que contrajo matrimonio con Adela Guiñazú, hija de Emiliano. En 1940, Narcisa Araujo –viuda de Emiliano Guiñazú– le donó la antigua casona a la Provincia con el propósito de convertirla en museo. El edificio, perteneciente a la familia Guiñazú, tenía la tipología propia de la burguesía de la época, con características de caserón suburbano.

El 15 de abril de 1945 se creó el Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú y se inauguró en 1951 en ese edificio. El nuevo museo sigue las ideas museográficas del profesor Julio Suárez Marzal, reconocido pintor y primer director, quien llevó a cabo el proyecto de remodelación de la casa original y su entorno.

Uno de sus mayores aportes fue la creación del museo jardín con la incorporación del verde en los recorridos museográficos, a través de un trazado al estilo francés que instalaba salas de exposición al aire libre. Esta renovación incorporó los conceptos de museo parque y de museo didáctico.

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